Donde seguramente también haría sus pinitos ("haría" he dicho, eh, nada de "plantaría", que digo yo que también) jugando a los juegos que se hubiera llevado ella o alguno de sus múltiples acompañantes y por supuestísimo que perdiendo a todos ellos, como viene siendo costumbre.
Esto me recuerda que no puedo continuar esta crónica sin repasar una vez más la tabla clasificatoria enanil...
Una vez gastados varios clínex en secarme las lágrimas de las risas y tomados varios protectores estomacales retomo la narración para contar lo que aconteció durante la jornada frikosa de ayer.
Jugamos en dos mesas.
Por un lado los héroes de la campaña jirocuestera volvían a curtirle el espinazo al Malvado Brujo de turno rotativo que aplicamos a estas andaduras. Nadie murió así que todos ganamos. Y mejoramos nuestros equipos. Y nos amamos y acariciamos las zonas lómicas (algunas extremadamente suaves) con cara de gustito del receptor.
Arya (wapi) dirige sus huestes malvadas inútilmente contra la Picadora de Orcos (Teniente Du'Pont), el Mago de batalla especialista en encontrar trampas y ser sanado constantemente (Tiger), la asesina despedaza Caballeros del Caos (Umrae wapi) y el monjito sanadaor de magos de batallas especialistas en encontrar trampas y ser sanados constantemente (Letor).
Nueva instantánea de la lucha de poderes. A la izquierda de la imagen se observa el poder del clan cervecero. A la derecha un par de wapis tan delicadas y hermosas como Joe a tenido a bien ofrecernos a los pobres frikis terrenales.
Aquí podemos ver las innumerables tropas que esperaban a los héroes justo cuando ya sentían la brisa del exterior en sus rostros. Tuvieron que emplearse a fondo, sujetando bien al mago de batalla y usándolo de parapeto. Cuando y no sabía donde había caído el último de sus dientes y los orcos se las creían muy felices, lo echaron a un lado y terminaron con ellos en menos de lo que se tarda en decir: "World-Wild-Wapi Win Wind When They Went to Wisconsin".
La otra mesa se pobló de hombres barbudos, hombres melenudos, hombres gafudos, hombres hombrudos y un par de wapis. Jugaron a Lónegan y Kragmorga y se lo pasaron en grande, repitiendo incluso alguna partida al primero. Jugaron Laeroth, Príncipe, Derleth, Tati wapi, Alban y Bixito wapi.
Doctor Alban, abusando de su doctorado en RAEs y literatura antrocinetropófica y sus ilimitados conocimientos sobre lo real, lo racional, lo racial, lo vulgar, lo irreal y lo espiritual, arrasó creando definiciones tan creíbles que algunas ya se aceptan como acepciones anexas en las palabras elegidas. Ganó las dos partidas.
Al Kragmorga ganaron todos menos Laeroth, que dejó la mesa llena de pelos de barba y abollada de tanto golpecito con el codo. Maldiciones de esas cachondonas que tiene el jueguete.
Se ve que a las wapis el móvil les tira tela.
Y esto fue todo. Lo pasamos bien, jugamos, bebimos unas birras y pa casa.
P.D. Entre tanto, la cronista de las agujetas de color de rosa un sombrero grandey feo paseando el lema wapi por la zona este de este nuestro país al este del Atlántico.
Esta entrada me recuerda a una canción de los planetas, Golpe de gracia, donde un sujeto aprovecha la indefensión de otro para atacarle. Pero tambien dice su estrofa final:
ResponderEliminar"Y si me dañas como has hecho no me voy a vengar, puedes darlo por supuesto. Acaba de una vez con esto, esta es tu oportunidad para terminar conmigo, porque si me das un respiro o si me dejas levantarme después lo vas a lamentar".
Planendo su venganza, Martichi Dwarf recoge todos los pinos que plante, así como otras delicatessen y las envasa delicadamente para enviarlas a su atacante, mientras escucha de fondo "cuando zarpa el amor".
ps: quiero derechos de autor por la primera imagen y derechos de imagen por la segunda.