jueves, 24 de abril de 2014

Cucal...Baygon...Tktktktk

Cucal…Baygon…tktktktktk
La soldado humana Astarte miró a su compañera de raza, la piloto Martichi, con cara de ¿Dónde nos hemos metido? Ciertamente, tenía motivos para encontrarse aturdida. Había sido reclutada por la FERU para formar parte de una expedición encargada de destruir las reservas tóxicas de una estación enemiga, y la habían colocado en la sala de misiles ya que Astarte tenía una puntería que ni Guillermo Tell. Donde ponía el ojo ponía el misil.
Martichi le devolvió la mirada, apesadumbrada. En la misión anterior había capitaneado la nave consiguiendo el reto encomendado con nivel de excelencia…y sin embargo la FERU le había colocado esta vez bajo el mando de una cucaracha enchufada que decía tener rango de oficial.
La cucaracha Hang Arbiert posó una de sus asquerosas patas sobre su hombro y la obligó a despegar. Ella estuvo tentada de tomar la dirección contraria cuando supo que el veneno que tendría que destruir la misión se trataba de grandes toneladas de baygon y cucal…cosa que ni a ella ni al resto de la expedición afectaría…tan sólo a ese bicho disgusting de un metro de estatura.
El resto de la expedición la convenció de no cambiar al rumbo…ya habrá tiempo para darle a esa cucaracha el fin que merece.
Así, cada uno se fue a su puesto. El Bagrant Princi, como buen ingeniero, se dedicó a jugar al buscaminas en la sala de motores, la Médico Azkariana Némesis y la Científica Xeloxiana Tatita Maya a fijar blancos y mandar sondas anales investigadoras a los satélites y estaciones que encontraban, la soldado humana Astarte, como ya hemos dicho, a fijar blancos, el Soldado Tentac Laeroth fue teletransportado por Tatita a la nave enemiga justo al comienzo de la expedición, y sus paso fueron seguidos por el Artillero Shass Juansho y la Cucaracha Comemierda.
Acabar con la nave enemiga fue pan comido para la misión. Más que nada porque al ver entrar en la nave a semejantes seres el enemigo se rindió sin poder soportar tan repulsiva visión.
El resto de miembros de la expedición, menos repulsivos a la vista, llegó a criar telarañas por moverse menos que los ojos de espinete.
Lo importante es que se consiguió la misión y todos pudieron regresar a sus planetas de origen, no sin antes ser obligados por la cucaracha a defecar en varios tupperware.

A continuación, unas fotos de la tarde. Alguna muy borrosa debido a que a la fotógrafa le temblaba el pulso mirando lo que tenía delante…y es normal.



2 comentarios:

  1. Gracias a Sirkamus, que buen rato pasamos!!

    ResponderEliminar
  2. ¡Cierto! ¡¡Mmmmm... tuppers hasta el mocho de xaxotas!!

    Más que la Excelencia en esta misión conseguimos la Excremencia, gracias a su capitán el Xomexaxa y sus peludas patas (las cuatro).

    ResponderEliminar