jueves, 10 de marzo de 2016

Estudio en esmeralda, un mundo jartible y feliz


Érase una vez, en un mundo ficticio que aunaba el universo de Lovecraft con el de Conan Doyle, los intrépidos Princi (oe!), Sirkamus (oe!), Némesis (oe!), Martichi (oe!) y Leeeetor (oeeee! con 4 es) libraron una interesantísima batalla, repartiéndose en dos bandos con identidades secretas (restauracionistas y lealistas), conquistando ciudades, matando enemigos y primigenios, e influenciando por donde quiera que iban pudiendo.
Hubo algunas estrategias más acertadas que otras en este juego semicooperativo que tanto me entusiasmó. La mejor estrategia fué la de Sirkamus que por dos veces fué capaz de reunir el mayor número de puntos de victoria sin descuidar que sus compañeros de facción pudieran quedar últimos en la clasificación.
Por otro lado hubo una estrategia que, aunque resultó poco fructífera, me hizo mucha gracia. Era la estrategia de Némesis de sacar zombies y repartirlos por toda la faz del mundo ficticio. Se lió una buena rave de restauracionistas, lealistas y zombies en London. London estaba tan petá de personas y jartibles zombies que tuvieron que ir mandando peña hacia parís por el Canal de la Mancha de aquella época, que consistía en muchas escaleras unidas unas a otras. La pobre señora Hudson con su reuma resistió el camino como una campeona.
Lo más jodido era llegar a San Petesburgo con este sistema, se pasaba un frio por el camino que ni os cuento.
Total, que echamos una primera partida para enterarnos de cómo iba la cosa, y una segunda ya con más criterio, ambas partidas muy divertidas.
Tigretón y Alf pusieron la guinda al pastel de la magnífica tarde echando unas cuantas partidillas. Entre cerveza y cerveza, Tigretón confesó que ésta vez Alf había ganado al Hobbit sin hacer tranfullerías. Esta información me dejó en estado de shock por lo que tuvimos que pedir otra ronda.

Pos eso, que nos lo pasamos guay del Paraguay. Viva Paraguay y su capital, Asunción! :P
Y viva Honduras!








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